Luego de 15 días de estar completamente cerrada para cualquier tipo de paso, la Gobernación de Santander llegó al sitio con maquinaria pesada para intentar recuperar el corredor vial.

Se trata de la vía que comunica a San Vicente de Chucurí con Bucaramanga, la cual se vio afectada por un derrumbe de por lo menos 500 metros a la altura del sitio conocido como Peña de Oro.

Omar Acevedo Ramírez, alcalde de la localidad chucureña, explicó que mediante retroexcavadora se está buscando que las aguas que afloraron con la remoción en masa vuelvan a su cauce original.

“Esa agua viene de la base de la montaña, entonces el derrumbe conllevó esa filtración y que otras quebradas perdieran su cauce e inundaran la vía”, indicó la autoridad municipal.

Este sería entonces el primer paso para intentar darle una nueva oportunidad a esta vía secundaria antes de pensar en un cierre definitivo, que no deja de contemplarse.

“Estamos esperando que las labores sigan avanzando para mirar a finales de esta semana si podemos pensar en reabrirla”, acotó el mandatario local.

Sin embargo, el riesgo de derrumbes sorpresivos sigue latente, así como una nueva activación de la falla geológica que pasa por el sitio y que fue la responsable de la primera remoción de tierra.

Entre tanto, seguirán habilitadas las vías de tercer orden como canal de acceso al municipio.

Pérdidas y aumentos

El cierre de la vía principal entre San Vicente de Chucurí y Bucaramanga ha sido fatal para los chucureños, quienes aseguran tener pérdidas significativas de sus productos debido a la dificultad para llevarlos a las centrales de abasto. Cálculos municipales hablan de por lo menos 200 toneladas semanales de productos. El alza en los pasajes de pasajeros y carga ha sido otra de las consecuencias negativas del derrumbe. Según la Alcaldía, el aumento ha sido casi del 150 %. “Un pasaje que estaba en $ 50 mil, está llegando a costar $ 120 mil”.

Redactado y Publicado por:
JULIA C. HURTADO ISAZA / Vanguardia Liberal